Tras la conquista cristiana de Sevilla en 1248, la comunidad judía se instaló en los actuales barrios de Santa Cruz y San Bartolomé, donde el conquistador de la ciudad, Fernando III, les cedió varias mezquitas para que las transformaran en sinagogas. Pocos años después, su hijo Alfonso X ascendió al trono y ratificó dicho asentamiento.
La implantación de la nueva judería imprimió un carácter particular a la zona dejando tras su paso un rico legado urbano que se muestra en el trazado irregular de la trama y en los numerosos adarves y barreduelas, o en las magníficas casas habitadas por los notables de la comunidad que incluían huertos y jardines en su interior.
Ahora, en el marco del VIII centenario del nacimiento de Alfonso X y 530 años después del edicto de Granada por el que los Reyes Católicos expulsaron definitivamente a la comunidad judía española, proponemos un paseo por estos barrios a la búsqueda de los restos de esa presencia sefardí.